7 Festival Universitario Eureka. Competencia Nacional
Crítica de Mariana y las cosas (2021), de Oscar Garzón
Por Michael Steven Rodríguez Osorio
@Smoufg_
¿Percibimos el mundo de la forma en que nos fue y ha sido enseñada o podemos romper esos paradigmas y descubrir nuevas formas de verlo? Si la respuesta fuera que podemos romper esos paradigmas, entraríamos en una abundante reflexión sobre la resignificación de las cosas y surgiría una nueva duda sobre el carácter de esa resignificación: si la misma se volverá canon o si solo tendrá una función poética. Me arriesgo a plantear que la función poética es la que se ilustra en Mariana y las cosas. Función que va adquiriendo rigidez a medida que avanza el cortometraje.
Es una propuesta reflexiva sobre la naturaleza de las cosas y su resignificación propuesta por Mariana y mediada por el narrador, personaje que, en esta ocasión, es el mismo director. Valientemente, Oscar Garzón ofrece una propuesta narrativa sobre esa resignificación, evidenciando una variación casi nula entre Mariana y el narrador. El ambiente de ambos personajes, el estilo que tiene cada uno y el corpus lexical de ambos es indisoluble. Una de dos: o los personajes son una misma persona, o no hay una diferenciación marcada por el guionista.
En el transcurso del cortometraje habitan tres reflexiones, cada una más profunda que la anterior. Una primera bastante superficial sobre los duraznos y los cepillos, otra siguiente sobre las gafas y la felicidad, y finalmente las máscaras y la muerte. En todas hay un juego de palabras para el cambio de significado y todo lo que podría implicar ello. El narrador y Mariana hacen visibles para la realidad esas resignificaciones con frases como: “Trae un durazno para peinarte”, “Hoy me siento con gafas” o “Para todos tiene la máscara una mirada””.

Desde el inicio hasta el final existe un sonido ambiente que podemos presumir es el de Mariana susurrando. Ejerce un efecto de suspenso a la voz del narrador y permite que las relaciones entre lo que dice Mariana en las noches y lo que piensa el narrador sean más fructíferas. Sin embargo, el monólogo que tiene esa voz susurrante no concibe tanta relación con las meditaciones que, según el narrador, hace Mariana en las noches antes de dormir. Suma al final, con la última meditación, un sonido especialmente usado para aumentar la tensión del tema tratado y causar tensión en el espectador. Correctamente usado, este elemento causó una enfatización en ese tema, pero abandonó la importancia de los otros dos.
Finalmente está el material videográfico utilizado, que en relación con la voz en off enfatiza las premisas de Mariana; sin embargo, es completamente dispensable. Puede eliminarse sin que pierda sentido, fondo o forma. Por otra parte la relevancia del suspenso en juego con la ficción, las posibles afecciones mentales de uno o ambos personajes y el sonido ambiente, hacen del cortometraje un vaivén entre el sentimiento de intriga y el de duda por la razón que se esconde detrás de cada una de las reflexiones y cómo pueden influenciar en esta realidad.